Las Torres atirantadas o arriostradas deben considerarse como alternativa en lugares con gran espacio para su implantación, ya que requieren la disponibilidad de una gran parcela de tierra para la instalación de los anclajes de la estructura.
Estas torres tienen una apertura constante, lo que permite construir a grandes alturas mucho más económica que las torres autoportantes. Este destaque se acentúa aún más en los casos en que la carga prevista en la torre también es muy grande.